En este año y medio largo que llevo en este mundo infinito de la vitivinicultura me he encontrado con un sinfín de momentos donde me he preguntado: ¿ Pero es en serio?.
Uno de esos momentos es cuando me enfrento a los tintos y tengo que definir en la fase visual el color o más concretamente el tono del vino.
Quizás soy parte de esa población que históricamente traemos la tara de haber aprendido seis o siete colores en español cuando estuvimos en la escuela ( la mítica EGB) Pero para gustos los colores.
Nos encontramos ahora que en el tema de los vinos, el color en copa es algo que nos da pistas, bastantes pistas.
Cada tipo de uva da un color diferente. Por ejemplo: La garnacha tintorera y el listan negro dan unos colores oscuros, el negro zaíno de los mostos.
La tempranillo, la garnacha, el merlot nos ofrecen otro tipo de colores. Menos "oscuritos" menos intensos.
Incluso la pinot noir da un color tenue, como al pintar con una acuarela.
Si a esto añadimos la madera..... La paleta de colores tiende a infinito.
Tampoco olviden ustedes que el tiempo afecta profundamente al color del vino dándonos una pista fundamental sobre que nos vamos a encontrar en nariz y a posteriori en boca.
Incluso con una simple mirada al color, un avezado catador es capaz de sacar conclusiones sin tocar la copa.
Pero yo no desespero. Hagamos un esfuerzo de síntesis, un titánico esfuerzo de simplificación, a sabiendas que las simplificaciones pueden llegar a ser un atentado a la inteligencia y por ende al conocimiento.
Una pauta ayuda, y da un esqueleto sobre el que después moverse, perfeccionar la vista para la detección y asociación de cada color a una serie de propiedades organolépticas.
Uno de los principales responsables de los colores del vino tinto es su proceso de elaboración. El vino presentará un tono u otro dependiendo del tiempo que el mosto permanezca en contacto con las distintas partes que conforman los racimos de uvas.
Esto es debido principalmente a los polifenoles: en nuestro caso los antocianos.
Los antocianos son los responsables del color vino tinto. Se trata de un pigmento de color rojo y azul el cual se encuentra principalmente en las células que forman la piel de las variedades de uva tinta (y, en contadas excepciones, también en la pulpa). Así pues, a mayor cantidad de antocianos en el caldo, mayor será su concentración de color y más aguantará.
Condicionantes de los colores del vino tinto
Junto a los polifenoles, los factores condicionantes de los colores del vino tinto son:
La variedad o variedades de uvas elegidas para su elaboración. Cuanto más gruesa sea la piel de la uva, habra mayor cantidad de antocianos contenida y, en consecuencia, será mayor la intensidad de color en el vino.
El grado de maduración de la uva. Aquellas uvas más maduras producirán vinos con tonos oscuros y opacos.
El tiempo de crianza o maduración del vino. Los vinos tintos generalmente, a medida que envejecen, van perdiendo claridad y concentración.
En menor medida, otros de los factores que condicionan el color del vino tinto son: la zona de procedencia, el clima que tuvo la añada y el tipo de suelo.
Los colores del vino tinto
Siempre que hablamos del color vino tinto, nos referimos al tono. El tono viene determinado por la propia naturaleza del color en sí, por la onda de la luz que un material de determinado color es capaz de reflejar. Por todo ello, permítanme la hora de clasificar los colores del vino tinto que se establezcan los siguientes tonos:
Violáceos y azulados: tonalidad característica de los vinos más jóvenes. Se trata de vinos con poco cuerpo, buena acidez y frescos.
Granate: es el tono de los vinos tintos al inicio de su maduración. Vinos normalmente con no más de 3 años de crianza.
Rojo: se trata de vinos tintos en el momento álgido de su maduración los cuales presentan un color brillante e intenso.
Caoba: esta tonalidad se presenta en vinos con tiempos de crianza largos en los que las tonalidades más vivas empiezan a apagarse. Se intensifica el cuerpo del vino y se pierde frescura y acidez.
Teja: tonalidad característica de los vinos tintos más viejos los cuales presentan tonalidades tirando a anaranjadas. Vinos con tiempos de crianza muy largos durante los cuales van perdiendo intensidad de color, opacidad y brillo.
Dejo a vuestra elección si luego el rojo es cereza, picota, guinda, rubí, sangre, Burdeos, o cualquiera de los cientos de nombres más.
NO ME QUEDA NÁ!!!!!!
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