Quisimos seguir aprendiendo y nos dimos un paseo por España comenzando en Cataluña, DO Terra Alta "Reforjat" garnacha blanca y macabeo que nos ofreció un vino sorprendente , de intensidad media-baja pero bastante aromático. Amarillo pajizo brillante. Su nariz es floral con toques afrutados. En boca destaca como los vinos de la zona una cierta acidez que pudimos en cierto modo suavizar con el tartar de tomate y fuet. Fue el que más gustó de la cata.
Para el segundo quisimos algo del sur . En esta ocasión Jerez con "Entrechuelos Chardonnay" de bodegas Miguel Domecq. Fruta tropical dominaba la nariz y la boca ,cierta chispa con esas miniburbujas que se notaban y que aportaban más frescor. La albariza aportó ese toque de salinidad. Gustó algo menos sólo pero según los comensales mejoró cuando pusimos la focaccia de pisto blanco y boquerones en vinagre con aioli suave.
La tercera para un viejo conocido. "Viñaverde" de la DO Montilla Moriles. Aquí se cambió el tema . Gustoso, quizás pareció abocado por la px y la moscatel pero es muy interesante. En nariz miga de pan y toque sutil de bollería. Cítrico pero como naranja confitada que en boca se convertían en aromas y sabores a roscón de reyes. También gustó mucho. Se casó con un taco de codillo , pico de gallo y lima y guacamole casero
Y para terminar, para mi gusto el mejor de la noche "Orube" fermentado en barrica 2018. Complejo con un color dorado fino brillante. Nariz láctea , queso, corteza de queso mejor dicho, cabra. Una delicia. Fruta madura , casi pasada. En boca pasa a un segundo plano el lácteo y viene lago de bollería, tarta de manzana, y en el fondo nueces y posgusto largo , ligeramente amargo. Trajimos la menestra de la zona con un Guisillo de habitas, guisantes y alcachofas con menta y virutas de carne mechá.
Buena velada sin duda pero lo mejor la sensación de haber contribuido a que se pasase un rato estupendo y que seguro repetimos
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