En el mercado encontramos vinos blancos con etiquetas que nos indican ‘fermentado en barrica’ o ‘criado en barrica’ ¿qué quieren decir?.
Cuando la etiqueta indica ‘fermentado en barrica’ es que se utilizaron estos envases de roble para la fermentación, en lugar de depósitos de acero inoxidable (tipo de envase más habitual para la fermentación).
Es decir, el mosto de las uvas se vertió en barricas de madera, y allí fermentó y se convirtió en vino.
La indicación ‘crianza en barrica’ o ‘envejecido en barrica’ quiere decir que el vino después de su fermentación se trasegó a barricas de roble, donde permaneció un tiempo determinado -meses o años- criándose. En este caso, si el vino con crianza cumple los requisitos estipulados por el consejo regulador de la D.O., puede lucir las categorías de Crianza, Reserva o Gran Reserva.
Características
Un blanco fermentado en barrica tiene más cuerpo y estructura que un blanco joven fermentado en acero inoxidable. La fermentación en barrica da vinos untuosos y con bastante estructura, más grasos, largos y persistentes. Otra característica que puede presentar es el aroma a mantequilla, debido a un componente aromático que surge cuando se produce en ocasiones la fermentación maloláctica.
Los blancos de crianza tienen más cuerpo, ya que permanecen más tiempo en contacto con el roble y adquieren más taninos. También son, generalmente, más complejos y sabrosos. En ellos es muy importante que tengan una acidez adecuada para equilibrar los taninos de la madera.
Tanto los blancos fermentados en barrica como los blancos con crianza tienen una vida más larga que los blancos jóvenes, aguantando más tiempo en botella. Por tanto, no piden un consumo inmediato, sino que siguen evolucionando en botella hasta desarrollar todo su potencial tras unos años.
Comentarios
Publicar un comentario